El ministro de Eco-Socialismo, Josué Lorca, anuncia un fútil intento por salvar el minúsculo y moribundo remanente del último glaciar de Venezuela: La Corona, en el Pico Humboldt, a 4800 metros sobre el nivel del mar.
El ministro Lorca anunció la llegada a Mérida de “35 rollos de mantas geo textiles de polipropileno, de 80 metros y 80 kilogramos cada uno, a ser extendidos en el perímetro del glaciar para disipar la incidencia de los rayos solares y retrasar su derretimiento”.
“Los geo-textiles se dispondrán a lo largo del borde del glaciar para minimizar la transferencia del calor de las rocas a la masa de hielo. La operación se desarrollarán en un máximo de 30 días…el material cumplirá un ciclo útil y luego será retirado para no generar daños ambientales” http://www.minec.gob.ve/download/80979/)
El gobernador del estado Mérida, Jehyson Guzmán, en entrevista con el presidente de la República, Nicolás Maduro, el 11 de diciembre 2023 (programa “Con Maduro”) señaló que quedan “cerca de dos hectáreas” del glaciar del Pico Humboldt, como consecuencia de la crisis climática. “A partir de una evaluación de las acciones adelantadas en Francia, Suiza, Rusia y China, Venezuela adquirió una malla térmica que será empleada en el proyecto de desaceleración del deshielo del glaciar” (http://www.minec.gob.ve/download/80826/)
El 11 de enero 2024 se instaló una “sala situacional” donde participa el MINEC, el Observatorio Nacional contra la Crisis Climática (dependencia del MINEC), el Instituto Nacional de Parques (dependencia del MINEC), la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (apoyo logístico) y la Fundación Pro-Biodiversa (ONG).
En mensaje vía X (antes Tweeter) del 6 de diciembre 2023, el ministro de Eco Socialismo, Josué Lorca, señala que la iniciativa se desarrolla “junto con La Universidad de Los Andes”. Sin embargo, la Comisión Central de Coordinación Ambiental de la ULA confirma que la universidad no ha sido invitada a participar en este proyecto, ni participó en la “Sala Situacional” organizada por el MINEC el 10 enero 2024.
Las cumbres nevadas de los Andes venezolanos han perdido su majestuosidad de antaño. La cinco Águilas Blancas que, según la leyenda, sacudían sus alas para cubrir con nieve las más empinadas crestas de la serranía merideña, han desaparecido. Se encuentran entre las primeras víctimas nacionales del calentamiento global(El León (4.740m), El Toro (4755m), La Columna (4978m), La Concha (4922m), Humboldt (4942m) y Bonpland (4883m), cimas gemelas estas últimas de La Corona; Hahn)
Quedan apenas tres (3) agonizantes hectáreas de lo que hace apenas décadas era uno de los glaciares más imponentes de la cordillera de los Andes, un glaciar que a inicios del siglo 20 cubría más de 400 hectáreas en los picos Humboldt y Bonpland. En menos de un siglo perdió más del 99% de su extensión.
Estas moribundas tres (3) hectáreas son además todo lo que queda de las aproximadamente 850 hectáreas cubiertas de hielo a las que se refiere Tulio Febres Cordero en su épico mito de 1895 sobre Las Cinco Águilas Blancas (https://bit.ly/3N33q17). Ya no brillan sus plumas ni agitan sus alas. Creíamos todos que por su grandiosidad eran indestructibles. Fueron tragadas por la indiferencia humana.
El parque nacional Sierra Nevada es un bien colectivo, uno de los parques nacionales más importantes del país. Cualquier intervención o alteración de este delicado ecosistema debe cumplir con los requisitos y las limitaciones establecidas en la legislación vigente. El órgano encargado de su protección y vigilancia, así como de hacer cumplir la legislación vigente, es precisamente el Ministerio de Eco-Socialismo.
Pero, sin explicación alguna, el MINEC se ha auto eximido de cumplir con requisitos establecidos en la legislación vigente para proyectos que afecten intereses colectivos o difusos, tales como la consulta pública, previa e informada, el estudio de impacto ambiental, al alcance irrestricto de la ciudadanía, y la participación de todos los entes interesados. Entre los entes locales de mayor relevancia y competencia se encuentra la Universidad de Los Andes, arbitrariamente excluida de participar en esta iniciativa.
Es motivo de preocupación en círculos académicos y científicos que la iniciativa del MINEC, para colocar un manto plástico sobre una amplia extensión al borde del remanente del último glaciar del país, se adelante en un hermético secretismo.
Línea base
Previo al desarrollo de un proyecto de esta naturaleza, con potenciales impactos sobre el ambiente y sobre la sociedad, es imprescindible definir la línea base, los parámetros que definen el estado actual del glaciar, el punto de referencia contra el que se mide tanto el éxito o el fracaso del proyecto, como sus consecuencias. Entre estos parámetros se encuentran la extensión del glaciar al inicio del proyecto, espesor, masa, perímetro, tasa actual de ablación y variables complementarias, como el factor nubosidad y el factor albedo. Nada de esto ha sido dado a conocer a la ciudadanía, como si no existiese obligación alguna de rendir cuentas al público.
Otro componente de la línea base es el manto de polipropileno que se pretende desplegar: características físicas y químicas, composición, localización, extensión, condiciones iniciales, desarrollo de roturas, perforaciones y desgarres, cambios de coloración o rugosidad, formación de lagunas o pozos de agua, filtraciones.
El monitoreo continuo del desprendimiento de micro y nano partículas de plástico es de vital importancia, pues es una de las consecuencias más peligrosas de esta iniciativa, tanto para los ecosistemas circundantes como para la fauna y población humana en un amplio radio de acción, incluyendo la ciudad de Mérida.
Seguramente el proyecto cuenta con escenarios proyectados de los beneficios que se esperan alcanzar, en reducción de la tasa de ablación y la potencial extensión de la supervivencia del glaciar en el tiempo, así como sobre los impactos ambientales y sociales involucrados, aunque tampoco hayan sido compartidos con la ciudadanía.
Experiencias documentadas
El uso de geo-textiles para la protección de glaciares se ha practicado en varios países Europeos durante más de 20 años, en Suiza, Italia, Austria, Francia, Alemania. Sólo en Suiza se han reportado al menos nueve (9) casos. Todas estas referencias corresponden a medidas de protección de pistas privadas de esquiar, con fines netamente comerciales. Los significativos costos son transferidos a los clientes.
En los casos más conocidos en Europa, la cobertura con mantos plásticos se realiza al final de la temporada de esquiar y se retira al inicio de la próxima. La cobertura permanece durante cortos períodos de tiempo, durante el verano, el período de mayor irradiación solar. El principal objetivo es reflejar la radiación solar para reducir la absorción de energía por la masa del glaciar en sectores seleccionados.
También se han reportado casos sobre el uso de geo-textiles en protección de glaciares en Chile, Rusia y China.
El geo-textil no tejido es un material sintético de polipropileno, polietileno, poliamidas o poliéster. Las fibras de polipropileno son preferidas por su bajo peso, bajo costo, resistencia a la corrosión, drenaje, aislamiento, así como por su versatilidad a la incorporación de sustancias químicas para añadir propiedades como color y reflectividad.
Varias de estas experiencias han sido objeto de estudios Independientes, normalmente por instituciones científicas y académicas. Entre estos casos se encuentran el glaciar Presena, entre Trentino y Lombardía en Italia, entre los 2700 msnm y 3069 msnm (46.25° N, 10.58° E). Se extiende hoy sobre unas 50 hectáreas. Ha perdido casi la mitad de su extensión en los últimos 100 años. Superficie cubierta por geotextiles: 100.000 m2 (20% del glaciar), con mantos de 5 m de ancho por 70 m de largo. Es uno de los pocos lugares de Europa donde todavía se puede esquiar en verano. El uso de mantos geo textiles se inició en el 2008, con una cobertura inicial de 30.000 m2.
Otro caso bien documentado es el del glaciar Rhone, en Suiza, de unos 12 kilómetros cuadrados (1200 ha) en la actualidad y máxima elevación de 3630 metros (46°34.32′N 8°22.58′E). Ha perdido cerca del 30% de su extensión en los últimos 100 años. Superficie cubierta: 51.000 m2, a 2300 msnm.
El glaciar Dagu, en la planicie tibetana de Qinghai, China, ha perdido el 70% se su superficie en las últimas décadas. Con financiamiento de la empresa de video juegos Tencent, se adelantó un experimento para cubrir 500 m2 con un manto geo-textil a mediados del 2020. Los resultados, publicados en la revista especializada Remote Sensing por investigadores de la Academia de Ciencias de China, señalan que la pérdida de masa en la parte protegida por geo-textiles fue 15% menor al final del año que la de las zonas desnudas (reducción del 15% de la tasa de ablación). El albedo del geo-textil es mayor que el de la superficie del glaciar, pero se redujo con el tiempo, de 70% a 40%, por lo que su eficiencia declinó progresivamente.
“El resultado puede considerarse efectivo, aunque sólo sea un alivio puntual y temporal. La causa radical es el calentamiento global, por lo que la única manera de salvar los glaciares es reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero, CO2 en particular”
Los glaciares de Venezuela
Venezuela es el país de América Latina que más rápido ha perdido sus glaciares. De las aproximadamente 900 hectáreas cubiertas por glaciares a inicios del siglo 20 sólo quedan 3, el moribundo remanente del glaciar La Corona, en el pico Humboldt. Se ha perdido más del 99%. De los que otrora cubrieran los picos El León (4.740m), El Toro (4755m), Bolívar (La Columna, 4978m) y La Concha (4922m) no queda nada. Sólo sobrevive una minúscula fracción de La Corona, menos del 1%, en estado terminal, sin posibilidad alguna de sobrevivir 5 años más, a lo sumo, a la tasa actual de ablación.
Tomado de Los Andes Después del Hielo: El Último Glaciar de Venezuela. Instituto de Ciencias Ambientales y Ecológicas - ICAE – Universidad de los Andes, 2021
Lo máximo que puede esperarse de la iniciativa del MINEC es alargar un par de años más el suplicio final de la minúscula y agonizante proporción remanente del glaciar La Corona. Sería no sólo ilusorio proyectar la salvación del glaciar como consecuencia del despliegue del manto plástico de polipropileno, sino peligroso para la seguridad de las poblaciones aledañas, incluyendo a los habitantes de las ciudades de Mérida y El Vigía, entre otras. Este es uno de los múltiples aspectos claves que el Ministerio de Eco Socialismo se ha negado a aclarar ante la opinión pública.
Micro y nano partículas de plástico
Los geo-textiles se fabrican principalmente con fibras de polipropileno, (C3H6)n, en rollos de 60 a 80 metros de largo y de 4 a 6 metros de ancho. Su peso promedia 0,4 kilogramos por metro cuadrado y su espesor es de 3 a 4 milímetros.
El polipropileno es tratado con sustancias químicas para darle un color blanco, para elevar el albedo y la reflectancia de la radiación solar, con el propósito de reducir la energía disponible para derretir el glaciar. Aunque los geo-textiles han demostrado un potencial para reducir la pérdida de hielo y nieve de 50% a 70% en comparación con áreas no protegidas, las experiencias registradas en Suiza, Italia, Austria y China demuestran que sólo han podido mitigar temporalmente la pérdida de entre 0,01% a 0,04% de los glaciares en donde se han utilizado.
Los geo-textiles de polipropileno son de alta resistencia a la luz ultravioleta, coloreados de blanco para elevar el albedo. Bajo el efecto sostenido y combinado de la irradiación solar, la turbulencia de vientos, fluctuaciones de temperatura y precipitaciones, tienden a degradarse, a reducir su albedo y a convertirse en fuentes de micro y nano partículas de plástico.
Los micro-plásticos, de 1 micrómetro (µm) a 4 milímetros de largo, y los nano- plásticos (de menos de 1 micrón) terminan propagándose por el aire, las fuentes de agua y los suelos, con severos impactos sobre los ecosistemas, la fauna y la salud humana. Se acumulan en la cadena alimenticia, interfieren las funciones naturales de los organismos y acarrean sustancias tóxicas o patógenas.
Los nano-plásticos penetran los sistemas biológicos humanos por ingestión, inhalación o a través de la piel, afectando los sistemas respiratorios, inmunológicos, reproductivos y digestivos de humanos. Pueden afectar el metabolismo y provocar daños genéticos. (Proceedings of the National Academy of Science - https://www.pnas.org/doi/full/10.1073/pnas.2300582121, https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35301996/ Micro(nano)plastics pollution and human health: How plastics can induce carcinogenesis to humans, 2022)
Los nano-plásticos han sido detectados en pulmones, el sistema gastrointestinal y en la sangre, donde persisten y se acumulan. Pueden atravesar las paredes de los pulmones y el tracto digestivo. Penetran así al flujo sanguíneo por el que se propagan a otros órganos.
Investigadores en Italia encontraron micro plásticos en placentas en el 2021. Ese mismo año, investigadores en Alemania y Austria detectaron micro plásticos en meconio, la primera materia fecal del bebé.
(PNAS: Rapid single-particle chemical imaging of nanoplastics by SRS microscopy – JANUARY 2024; https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35301996/ Micro(nano)plastics pollution and human health: How plastics can induce carcinogenesis to humans 2022; Impact of Microplastics and Nanoplastics on Human Health- 2022; Micro and nano-plastics, a threat to human health PMID: 36453919 DOI: 10.1042/ETLS20220024, 2022)
Irradiación solar
Una de las diferencias más significativas con las experiencias acumuladas en Europa, China y, Rusia es la localización del glaciar La Corona, en una zona tropical a escasa distancia del ecuador. La inclemencia de la radiación solar no sólo es mayor, sino que se mantiene a lo largo del año. Los vientos provenientes del Este y del Noreste son constantes, y la elevación sobre el nivel del mar es significativamente mayor. La irradiación solar aumenta tanto con la cercanía al ecuador como con la altura, manteniendo otras variables atmosféricas constantes.
En consecuencia, la tendencia a la degradación del polipropileno en las condiciones atmosféricas del pico Humboldt tiende a ser superior a la de glaciares europeos. La intención anunciada, de mantener la cobertura plástica de manera continua durante un par de años, tiende a un deterioro significativamente superior al de las experiencias europeas, donde la cobertura de geo-textiles son estacionales, sólo durante el verano.
Bajo tales condiciones, el meticuloso monitoreo del desprendimiento de micro y nano partículas de plástico cobra mayor relevancia. No hay indicios de que estas variables formen parte del plan de trabajo del MINEC en su proyecto de desplegar más de 8000 metros cuadrados de mantos de polipropileno en las márgenes del glaciar La Corona.
El síntoma y la enfermedad
La iniciativa del MINEC se enfoca en atender un síntoma: la tasa de ablación del minúsculo y agonizante remanente del glaciar La Corona. En el mejor de los casos, pudiera alargar la agonía un par de años más, aunque a un costo ambiental y social potencialmente alto. Pero no contribuye de manera alguna a aliviar la enfermedad: el calentamiento global.
La contribución de cada país al calentamiento global acumulado hasta la fecha es proporcional a sus emisiones acumuladas de gases de efecto invernadero desde inicios del siglo 20. Por vía de las emisiones de CO2 por consumo de combustibles fósiles, Venezuela es uno de los países de América Latina que más ha contribuido a la gestación de esta amenaza planetaria.
Venezuela también ha contribuido significativamente a través de la deforestación acumulada. Venezuela ha perdido más de 12 millones de hectáreas de bosques nativos sólo desde 1980, una superficie más del doble el tamaño de Costa Rica y casi del tamaño de Nicaragua.
Sin embargo, la delegación de Venezuela ante la COP26 del Acuerdo de Paris en noviembre 2021, encabezada por el ministro de Eco-Socialismo, Josué Lorca, se negó a suscribir la Declaración de Bosques, en la que 130 países se comprometieron a erradicar la deforestación para el 2030 a más tardar. Por el contrario, el MINEC presentó un documento oficial en el que sentencia la destrucción de 100.000 hectáreas de bosques naturales cada año desde el 2021 hasta el 2030, para un total de un millón de hectáreas de devastación del patrimonio forestal y genético de la nación para el 2030. Véalo Ud. mismo en este documento oficial de Naciones Unidas, página 79 (Actualización de la Contribución Nacionalmente Determinada de la República Bolivariana de Venezuela para la lucha contra el Cambio Climático y sus Efecto. Josué Alejandro Lorca Vega, Ministro del Poder Popular para el Eco-Socialismo. Noviembre 2021, pg. 79. https://unfccc.int/sites/default/files/NDC/2022-06/Actualizacion%20NDC%20Venezuela.pdf)
En conclusión, es no sólo jurídicamente vinculante, sino moralmente imprescindible y socialmente responsable que el Ministerio de Eco Socialismo cumpla con lo establecido en la legislación vigente y proceda a realizar una consulta pública, previa e informada, sobre su iniciativa para cubrir con mantos de polipropileno una extensión de 8400 m2 en las márgenes de los agonizantes vestigios del glaciar La Corona, en el pico Humboldt de la Sierra Nevada de Mérida.
El MINEC debe igualmente presentar y someter a consideración pública, de manera libre e irrestricta, el estudio de impacto ambiental correspondiente a esta iniciativa, previo al inicio de actividades.
Conviene así mismo que, por el bien común, el Ministerio de Eco Socialismo invite a la Universidad de Los Andes a participar activamente en estas actividades.
Jc-centeno@outlook.com
18 01 2024